Santo Tomás de Aquino.
(Roccasecca, Italia, 1224/1225-Abadía de
Fossanova, 7 de marzo de 1274).
Indiscutiblemente el teólogo y
filósofo más importante del XIII. Su postura fue clara: la filosofía es el
instrumento para probar (mediante el uso de razón) algunas de las verdades de
fe, a priori indemostrables. Firme partidario de la razón y de la experiencia,
lleva a cabo una labor de eclecticismo, al tiempo que una obra integradora y
constructiva, de la que no son ajenas las influencias paganas, judías e incluso
musulmanes. Aceptó, en la medida de lo posible, la doctrina aristotélica acerca
del mundo y de la acción humana. La labor del hombre, en concreto del filósofo,
no es otra que el continuo perfeccionamiento de la capacidad racional.
“El intelecto humano obtiene todo su conocimiento de la percepción
sensible, por lo que no posee un
conocimiento directo de las cosas a las que los sentidos no tienen acceso”
(Weinberg).
El principio aristotélico de que "todo conocimiento empieza por los
sentidos", es utilizado por Santo Tomás para limitar la capacidad y las
pretensiones de la razón. La razón humana puede, es cierto, elevarse hasta
Dios; pero sólo partiendo de las cosas sensibles. "Mediante la razón
natural, el hombre no puede llegar a conocer a Dios si no es a través de las
criaturas. Las criaturas conducen al conocimiento de Dios, como el efecto lleva
a la causa. Por consiguiente, gracias a la razón natural, sólo podemos llegar a
conocer de Dios lo que le corresponde necesariamente por ser el principio de
todas las cosas que existen" (Sum.
theol., I, q. 32, a. 1).
Punto relevante para la exposición del tema de la verdad es la doctrina
tomista de la analogía, de nuevo con mucha carga del filósofo de Estagira.
Existen distintos tipos de semejanza o parecido: igualdad exacta, semejanza
imperfecta según grados, semejanza genérica según especies y, en último
término, analogía. Una vez demostrada la existencia de Dios, cabe destacar que
los términos que se aplican a éste solo pueden ser analógicos, en tanto que
Dios no pertenece a ninguno de los géneros de las cosas creadas. En De Veritate (1256-1259), Santo Tomás
distingue “analogía de proporción” y “analogía de proporcionalidad”. Mientras
la analogía de proporción consiste en “aplicar un término a varias cosas que
están relacionadas con otra o en aplicar un término a dos o más cosas entre las
que existe una dependencia causal”, la analogía de proporcionalidad es aquella
en la que “un término se aplica a dos cosas”.
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